Democracia en México

La democracia en México es una estructura política que busca asegurar el bienestar económico, social y cultural de todos los ciudadanos. En la nación mexicana se celebran elecciones libres, donde de forma periódica se designan los nuevos representantes que regirán los destinos de la República.

¿Cómo es la democracia en México?

La democracia es una de las formas de gobierno desde la cual se ejerce el poder político, con los líderes que trabajan para el beneficio del pueblo.

Se diferencia de los regímenes monárquicos, aristocráticos y dictatoriales, gracias a que son los propios ciudadanos quienes escogen sus representantes renovándolos al término de su mandato.

El concepto democrático implica que los actores que participan en las contiendas electorales (sean elegidos o no), hayan sido escogidos por el pueblo, directa o indirectamente, sin tener distinciones en su raza, sexo o posición social.

La democracia en México se fundamenta en la idea de la igualdad, justicia, libertad y solidaridad, para lograr un gobierno participativo y honesto que genere oportunidades y garantice los derechos de todos los ciudadanos.

México es una República representativa, democrática y federal, en la cual el máximo representante es el Presidente de la nación, cargo que es de libre elección popular.

La democracia mexicana es representativa pues se trata de un líder que gobernará por medio de mecanismos participativos e inclusivos para el beneficio del pueblo.

También es democrática, porque cada vez que se termina el mandato del gobernante en ejercicio de funciones, el pueblo hace uso de su derecho a renovar la tutela de las instituciones, eligiendo nuevos representantes.

Se considera una República federal debido a que la organización político territorial de la nación está basada en la división del poder en autoridades estadales, con responsabilidades y competencias propias de cada región.

Los gobernadores son las máximas autoridades de los Estados y poseen libertad de acción legislativa, siempre que se adecúen al marco de la Constitución de la República mexicana y las leyes vigentes.

Poderes del Sistema de Gobierno mexicano

Los poderes que conforman el sistema de gobierno mexicano están divididos en tres, el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, los cuales actúan de forma independiente, con instituciones que limitan la extensión de sus competencias, para evitar abusos en el ejercicio del poder.

El Poder Legislativo ejerce sus funciones a través de sus representantes en el Congreso Nacional, el cual es bicameral y está conformado por Senadores y Diputados.

Su función es discutir las leyes para implementarlas en la nación o modificar las ya existentes, adecuándolas a la realidad nacional.

El Poder Ejecutivo en la figura del Presidente de la República es quien se encarga del plan de acción para llevar a cabo las leyes que se promulgan desde el congreso, mientras que a nivel regional esta responsabilidad recae en el Gobernador del Estado.

El Presidente del país está al mando de las Fuerzas Armadas y es el máximo representante legal de la nación mexicana ante la comunidad internacional.

México es un Estado de Derecho, por lo que el desempeño de los cargos públicos debe estar bajo el marco jurídico de las leyes de la Constitución Nacional.

El Poder Judicial se encarga de analizar e implementar de forma práctica las leyes emanadas del Congreso, para emplearlas como base jurídica y penalizar a los infractores.

México y su forma de Gobierno democrático

México cuenta con un sistema electoral democrático, que se basa en el sufragio secreto y directo, el cual permite que toda persona mayor de edad, debidamente inscrita, pueda ejercer su derecho de elegir los representantes políticos que desempeñarán cargos públicos.

La democracia en México se fundamenta en los dos principios elementales, la representación política y el principio de la mayoría, lo cual quiere decir, que las decisiones públicas se toman cuando se cuenta con la aceptación del mayor número de participantes.

Para fortalecer y perpetuar la democracia, se debe contar con procesos basados en valores universales como la tolerancia, el pluralismo y el respeto, la libertad y la disposición al diálogo, para preservar gobiernos responsables.